31 de marzo de 2014

Review de Monkey Island

Voy a hablaros del último juego que me he pasado. Se trata del Monkey Island, que aquí se tradujo como El Pirata Piratón: el que pirateó hasta la Virtual Boy.

En esta aventura manejamos a Brasas Threepwood, ya que se pasa todo el juego soltando chapas. Si es que no hace otra cosa el tío aparte de adueñarse de todo lo que no esté anclado al suelo. Nuestro protagonista va a ver a su madre y le dice que quiere ser artista. La señora tiene gafas y barba blanca. A mí no me miréis, los cánones de belleza del siglo XVIII eran diferentes. Ella respira aliviada, ya que se pensaba que le iba a confesar que es cristiano y homosexual, así que le sugiere que vaya al bar a ver a los borrachos del pueblo, que son como los orientadores laborales locales.

Una vez allí, viendo las peroratas que se marca y que el tío es un agarrado que se quiere ir haciendo un "simpa" del bar, estos le aconsejan que lo ideal es que se haga pirata, pero que ahora esa profesión recibe el nombre de político. Cosas de marketing. Antes tendrá que superar tres difíciles pruebas, y ninguna de ellas pasa por la universidad, tener estudios, idiomas, o hablar sin problemas de dicción; sino que consisten en saber insultar a la oposición mejor que nadie, arrimarse a la alcaldesa Elena para que lo enchufe y cobrar unas dietas por ir a comer y dormir a casa de su madre. Solo así podrá demostrar que es válido para el puesto.

Por el camino tendrá que sortear al pesado de Lechús, un sindicalista de Comisiones Piratas, cuyo apodo viene de su gran admiración por la actriz Chus Lampreave. En resumidas cuentas, un vago que no quiere trabajar, solo cobrar, y que quiere impedir que Brasas consiga su objetivo. Además, también le pone la alcaldesa, que es la única mujer sin barba del juego y que no lleva un corte de pelo de oficinista lesbiana de los ochenta. 

             

Una parte que me gustó mucho fue la de los insultos. Al principio empiezas con cosas básicas como "facineroso" o "bribón", pero posteriormente el juego se complica y tienes que utilizar respuestas ingeniosas para poder avanzar. Por ejemplo, un miembro del Partido Sucio Orgullo Escorbuto nos dirá: "eres más feo que los muñones de una paloma coja"; por lo que tendremos que seleccionar la frase: "Andalucía, que hermosa ERE", para lograr derrotarlo. Otro caso es cuando uno de los integrantes del Partido Pirata nos increpa con: "llevo en el bolsillo una guantá a mano abierta que está deseando salir". La única réplica válida es: "están sobrevolando tollinas y a ti se te está poniendo cara de aeropuerto de Castellón". 

La cuestión es que Brasas se enamora de la alcaldesa Elena, ya se sabe, la erótica del poder, pero Lechús decide hacerle una moción de censura y se lía parda. Al final tienes que formar tu propio partido, conseguir miembros lameculos y fletar un barco hacia la mística tierra conocida como Marbella. Y no sigo porque sería estropearos el juego.

             

Pasando a otros aspectos, los gráficos están muy bien, se distingue perfectamente tierra de mar, aunque los piratas/políticos me han parecido todos iguales, no he encontrado diferencias entre ellos. El sonido también roza un buen nivel, ya que se escuchan cosas por los altavoces de vez en cuando. La jugabilidad exquisita. Contamos con una serie de verbos que podemos utilizar como: mentir, manipular, robar, enchufar...etc, que te hacen sentir como un político de verdad.

Hay cosas que no me han gustado, como que la única bebida que aparece durante el juego es grog, y yo soy más de Malibú con piña, pero es un fallo menor. Tampoco he visto la Virtual Boy en ningún lado, que el título del juego es un tanto desconcertante. 

Un juego muy recomendable. Mi valoración: tres muñones de paloma y dos sindicalistas barbudos.

3 comentarios:

RiFF dijo...

Graciosa crítica de un juego tan mítico. No sé si creerme que es el último al que has jugado pero en mi caso sí fue el primero o uno de los primeros sin duda y leyendo esto me han dado ganas de re-jugarlo y revivir mi infancia perdida. Sigue escribiendo, lo haces muy bien. saludos!

Javier Jiménez dijo...

La verdad es que daría para hacer un buen spin-off con la historia que has contado, fuera coñas sería supergracioso.

kiyuki dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.