Los torrevejenses que acostumbran a dar un paseo por la playa se
encontraron a primera hora de la mañana de ayer con una señora varada en el arenal.
Varios ciudadanos alertaron a los servicios de emergencia de Torrevieja
informando sobre la aparición del mamífero, por lo que desde la base de
Cruz Roja se desplazaron al lugar del suceso para comprobar su estado y
asegurar la zona en previsión de una masiva afluencia de veraneantes
como finalmente sucedió.
La reacción natural de los bañistas hubiera sido de temor, ya que no es normal encontrarse con una señora salvaje tan lejos de su entorno, pero fueron muchos los que se acercaron para intentar ayudar, aún a riesgo de sufrir todo tipo de improperios y amenazas como "apartad gaznápiros que me tapáis el sol".
La señora, de la especie "señora de toda la vida", medía unos 160 centímetros de
longitud, unos 164 con el pelo cardado, y pesaba unos kilitos de más
aunque ella misma se veía "hermosa y robusta", estaba aparentemente bien y solo presentaba
molestias de artrosis, un par de juanetes, y unas cuantas quejas sobre el gobierno español porque su nieto no encontraba trabajo. Asimismo, mostraba
dificultades al respirar al no contar con el abanico reglamentario. El
veterinario intentó determinar su edad, aún a pesar de que ella afirmase que tenía "cuarenta y pocos", aunque él estimó que podía ser anterior incluso a la creación de la propia playa. Finalmente no pudo establecer una
cifra exacta, pero calculó que debió nacer "después de los dolores".
"Creemos que ha debido desorientarse y ha perdido el contacto con el
resto de la manada: un grupo de señoras en un viaje del Imserso", declaró Paul Ución, agente de Medio Ambiente.
Tras batallar más de diez horas y precisar la ayuda de una grúa y un especial de Sálvame, consiguieron devolverla al
autobús correspondiente. La señora presentó algo de resistencia, ya que aún le
quedaba un poco para coger algo de color y si no volvía morena al
pueblo el viaje habría sido en vano.
"Lo importante es que
hemos logrado devolverla a su hábitat natural, la mecedora en la
calle, y con el resto de sus congéneres", añadió Paul.
El hallazgo de señoras varadas en la costa levantina, aunque no deja de ser
un hecho anecdótico, se ha repetido en varias ocasiones en los últimos
tiempos. Solo en junio de este año han aparecido una decena de ejemplares
en Benidorm.
1 comentario:
dios santo!!!
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